jueves, 17 de noviembre de 2011

[Italia] ¿Ha Terminado el Neoliberalismo? ¿Todos Para Casa?


Décadas de despiadado neoliberalismo le están pasando la cuenta a las economías occidentales.

Décadas de recortes a los salarios, de privatizaciones, de recortes a los servicios públicos, de trasvase de la riqueza de la producción a las finanzas, le están pasando la cuenta a los Estados.

Durante décadas se nos ha venido con el cuento de que el mercado enriquece a todo el mundo, que todos pueden permitirse todo gracias a él, que la Bolsa, cual nuevo maná, era el instrumento adecuado para poder permitirse una vejez tranquila después de una vida laboral precaria.

Y en las últimas décadas la acumulación capitalista ha avanzado cada vez más rápida y voraz, ha obtenido beneficios de todas partes, ha socavado derechos, ha metido las manos en los bienes comunes, la riqueza se ha concentrado más y más, las tijeras se han aplicado sobre los que menos tienen, cada vez menos personas tienen más y más personas tienen menos. Menos crédito, menos derechos, menos empleo.

Y ahora que se está terminando el cuento, aparecen los Estados. Llamados a responder de la deuda pública, llamados a rescatar a la banca, llamados a hacer tragar a la población, por las buenas o por las malas, medidas draconianas proclamadas como necesarias para la estabilidad de los mercados (pero los mercados estables no tienen ganancias, los mercados deben crecer para ser estables). Y si los políticos locales no bastan para llevar a cabo esta tarea, las finanzas prestan directamente sus propios hombres.

Es inútil recurrir a expertos financieros y afanarse buscando la cura para salvar al capitalismo de sí mismo: el capitalismo se salvará, a nuestra cosa, como es su intención, y al final de la crisis las tijeras serán aún más cortantes. Se salvará si el BCE inyecta liquidez para rescatar a la banca y tranquilizar a los mercados, se salvará si Grecia y puede que Italia declaran un “default” o al menos reducen parcialmente la deuda o salen del euro y vuelven a emitir moneda propia.

El coste de todas estas operaciones lo pagaremos todos nosotros, quienes trabajamos, los estudiantes, los inmigrantes, los eslabones débiles de esta cadena que no serán nunca fuertes hasta que no rompan con ella.

Somos nosotros los que debemos salvarnos, defendernos de la expropiación capitalista y de una política siempre dispuesta a defender a los fuertes contra los débiles, a los ricos contra los pobres.

Debemos decir que el dinero hay que dárselo a quien le corresponde y por tanto no cabe dárselo a los bancos, sino a los trabajadores y a los desempleados; que la enseñanza, la sanidad y el medio ambiente hay que potenciarlos y no caminar hacia su destrucción; que los recortes son necesarios, sí, pero a la parte alta de la jerarquía, a los peces gordos, los ejecutivos, los políticos que son quienes nos han llevado a esta situación y no a quienes estamos en la base, a quienes continuamos salvando lo que merece ser salvado, quienes hacemos funcionar la cosa, quienes garantizamos los servicios mínimos.

¿Son recetas muy simples? Está claro, pero los anarquistas sabemos que no será el Estado quien nos defienda del Capital, sabemos que sólo la organización y la lucha pueden cambiar lo que parece un destino ineludible, el abismo de la miseria, que es dicho de otro modo el abismo de la injusticia, y revertir esta espiral nefasta mediante las armas de la solidaridad y de la defensa de los derechos.

Secretaría Nacional

Federazione dei Comunisti Anarchici

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